Desde el día 28 de Marzo, las personas positivas para COVID-19 asintomáticas o con síntomas leves no deben hacer cuarentena ni se les dará la baja médica, a excepción del personal médico.
Los test quedan exigidos solo a personas vulnerables o con sintomatología grave para poder identificar el problema lo antes posible. Los casos graves con ingreso en hospital no saldrán del aislamiento hasta que den negativo, y en la residencia de ancianos el aislamiento a 5 días para los positivos.
Cuándo escribí esto en mi Instagram recibí decenas de mensajes de varios tipos, pero sin duda la pregunta más repetida fue ¿Y qué pasa con los niños? ¿Pueden ir al cole siendo positivos?
Pues sí, así es. Los niños, desde nunca han sido población vulnerable, por lo que el seguimiento es el mismo que el de adultos asintomáticos. Si tienen factor de riesgo o se ponen graves seguirán el mismo protocolo. Igual que esos niños van al cole con más niños, miles de personas van a trabajar a su puesto de trabajo con muchas más personas.
Luego percibí como la gente se posicionaba en 3 bandos, y hasta hice una encuesta!
– El equipo “Es una locura, va a ser el caos” con el 18% de los votos (1268 personas)
– El equipo “¡Ya era hora, por fin!”, con el 32%, unas 2224 personas.
– El equipo dudas “No se si es bueno o malo”, que fueron la mayoría (el 50%), con 3520 votos.
Y es que, desde el principio de la pandemia estos grupos de personas siempre han existido, y diría que en esa proporción, siendo siempre la mayoría los que no lo saben. Es normal, porque ni los mejores expertos en la materia saben si una medida va a funcionar o no hasta pasado un tiempo, o una vacuna, o un tratamiento… cualquier cosa. Pero os gusta saber mi opinión, y a pesar de saber que diga lo que diga no estaréis todos de acuerdo, me gustaría recordar que es una OPINIÓN, y no la verdad absoluta. Así que, allá vamos.
Con la última oleada pudimos comprobar que, a pesar de ser la mayor de todas (al menos de casos contabilizados, sin tener en cuenta la primera), el impacto sobre la sanidad no fue ni mucho menos el que había sido en ocasiones anteriores. Y los fallecidos tampoco.
Los datos hablan solos. Mirad la primera curva (que corresponde con la cuarta oleada de diciembre del año pasado) y comparad con la tercera. La diferencia es bastante evidente. SI hubiese sido proporcional la curva sería mucho más alta y los datos de fallecidos hubiesen sido abrumadores (por no hablar de la saturación hospitalaria). Más información aquí

Partiendo de esos datos, esta enfermedad no se puede gestionar de la misma forma que la llevábamos gestionando hasta el momento por dos motivos:
1- Las vacunas han atenuado su gravedad, reduciendo mucho los ingresos y las muertes
2- La variante ómicron a pesar de contagiarse que da gusto, también es más leve (podéis ver la evidencia científica en mi perfil de Instagram).
Ya no es la misma situación, por lo tanto, algo hay que cambiar.
Y, ¿cómo sabemos cuáles son las medidas correctas?
Pues yo, la verdad, que no lo sé. De esto sabe mucho más un epidemiólogo experto en el tema. Pero lo que creo es que en algún momento nos tenemos que adaptar y convivir con este virus. Asumir que es un riesgo más, asumir que se queda ( que creo que esto aún no está asumido) y que lo importante de verdad es REFORZAR DE UNA MALDITA VEZ LA SANIDAD PÚBLICA.
Porque de poco vale todo lo demás si la base no está bien construida.
A día de hoy, contabilizar cada caso es prácticamente IMPOSIBLE. Además, con los test de autodiagnóstico, ya no se puede hacer seguimiento porque: o la gente no lo comunica, o la gente lo utiliza a su antojo (bajas, test mal realizado, conveniencias…). Esto entra dentro del descontrol, y al final hay que ser realistas con lo que se puede o no hacer.
Ahora el seguimiento se hará desde los hospitales o consulta médicas con casos graves o vulnerables, que al final, son los realmente afectados y necesitan atención.

Así que, tranquilidad.
Proteged a vuestras personas vulnerables igual que estáis haciendo hasta ahora. Cuidad vuestra alimentación, vuestra salud mental, evitad el alcohol, el tabaco y el sedentarismo. Estas 4 últimas cosas matan a muchísimas miles de personas más al año , y nos tienen que preocupar lo mismo, o incluso más, que el COVID.
Porque para eso no hay vacuna, pero existe la voluntad y el criterio que todos podemos tener si nos ponemos serios.
2 comentarios
Ayer mismo una amiga, trabajadora de una Residencia de ancianos, me dijo que tiene un virus, no sabe si Gripe A o Covid y no les hacen una prueba para que no cojan la baja, todo muy bonito. A la larga sabremos si es una locura…
Gracias Lucia, de nuevo, por tu esfuerzo en poner algo de luz y sensatez. Y totalmente de acuerdo con tu última reflexión. No debemos desviar el foco: saliendo de esta pandemia (esperemos) hay que volver a tener en cuenta las principales causas de mortalidad. Un saludo!